Hans Selye estaba buscando una nueva hormona cuando por casualidad descubrió los efectos del stress
En 1934 a la edad de 28 años, Hans Selye, era asistente en el departamento de Bioquímica de una universidad en Montreal, y llevaba a cabo experimentos químicos con la finalidad de descubrir hormonas que no eran conocidas en ese entonces. Las ratas con las cuales realizaba sus experimentos, desarrollaron una serie de cambios a partir de las inyecciones, los cuales incluían el crecimiento de la corteza adrenal, la atrofia del timo, del bazo, y de los nódulos linfáticos y ulceras sangrantes profundas en el revestimiento interno del estomago y el duodeno, sin importar el tipo de sustancia que fuera inyectada.
Recordó así observaciones realizadas durante sus primeros años de formación médica en la Universidad de Praga. Fue allí donde realizó el primer contacto con enfermos, en el cual pudo notar que muchos de ellos aquejaban síntomas generales (fiebre, dolor abdominal, artralgias, cefalea, pérdida de peso), en forma independiente a la entidad mórbida que los afectara. Denominó a ese curioso fenómeno como "Síndrome de sólo estar enfermo" asemejandose al cuadro de sus ratas enfermas, que reaccionaban de igual forma ante distintas substancias.
A raiz de sus observaciones concluye que debía existir algún mecanismo en el cuerpo que determinaba una respuesta general a cualquier agente nocivo.
Para corroborar sus hipótesis siguió experimentando sometiendo las ratas a temperaturas extremas, ejercicio extenuante, traumatismos y a la inyección de distintas drogas, encontrando los mismos resultados.
Posteriormente presenta sus conclusiones iniciales en 1936, en el British Journal Nature, en un artículo llamado Un síndrome producido por diversos agentes nocivos. En él, sucintamente delineó su nuevo paradigma:
Independientemente de la naturaleza del estímulo nocivo, el organismo responde de manera estereotipada. Esta reacción representa un esfuerzo del organismo para adaptarse a la nueva condición a la que es sometido, y la denominó Síndrome General de Adaptación (SAG)
El SAG, tal como lo describió Selye, incluye tres etapas universales. La primera llamada reacción de alarma, involucra cambios bien definidos como hipertrofia e hiperactividad de la corteza suprarrenal, involución del timo e hipersecreción de corticotrofina y tirotrofina. Si el organismo sobrevive a esta primera etapa y el estímulo nocivo persiste, ingresa en una segunda etapa donde los órganos estabilizan su función a niveles prácticamente normales; es decir, se constituye una resistencia. Por último, si la situación se prolonga en el tiempo (uno a tres meses), el organismo ingresa en una tercera etapa de agotamiento, que culmina con la muerte.
Unos años más tarde, Selye utilizó el término stress (que significa tensión, presión, coacción) para definir la condición con la que el organismo responde a agentes nocivos ("stressors"). El concepto rápidamente fue adoptado a nivel mundial, y al no haber palabras homólogas en otros idiomas, se utilizó la palabra stress sin modificar, salvo excepciones (por ejemplo, la Real Academia Española acepta el vocablo estrés). En su autobiografía The Stress of my life, publicada en 1977, mencionó que el mejor término para definir su idea hubiera sido strain, que hace alusión a la idea de tensión o tirantez sobre un cuerpo, palabra empleada en el campo de la física. Si bien Selye hablaba siete idiomas, por aquel entonces su dominio del inglés no era el ideal, y esa fue la razón por la que utilizó stress y no strain.
Selye, pensando en los pacientes examinados durante su introducción a la medicina química, recordó que todos ellos se sentían y se veian enfermos. Tenían la lengua saburrosa, dolores difusos en las articulaciones y sufrian de perturbaciones intestinales con perdida del apetito. Tambien en general, presentaban fiebre, inflamación del hígado, del bazo o de las anginas, erupciones en la piel y otros síntomas generales.
Debido a que estos fueron mis primeros pacientes, escribe Selye, yo era todavía capaz de verlos sin estar desviados por el pensamiento médico del momento, si hubiera sabido más, nunca me hubiera hecho preguntas pues todo ya se manejaba de la manera como se suponía que debía ser.
La pregunta esencial que se clavó en la mente de Selye era en realidad una muy simple, como era posible que los doctores tras una larga historia de la medicina habían gastado tanto tiempo y energía en el descubrimiento y tratamiento de enfermedades individuales y le habían dado tan poca atención al síndrome de sólo estar enfermo. Aunque la idea le llamó la atención, siendo un joven inexperto y trabajando bajo los lineamientos y demandas de la escuela de medicina, Selye no tenia el tiempo, la energía, ni la experiencia para dedicarse a ello, sin embargo, menciono brevemente la idea a su asesor, que de inmediato se rió ante la ingenuidad del joven, y asi la idea quedó latente durante una buena parte de la siguiente década.
Debido a que estos fueron mis primeros pacientes, escribe Selye, yo era todavía capaz de verlos sin estar desviados por el pensamiento médico del momento, si hubiera sabido más, nunca me hubiera hecho preguntas pues todo ya se manejaba de la manera como se suponía que debía ser.
La pregunta esencial que se clavó en la mente de Selye era en realidad una muy simple, como era posible que los doctores tras una larga historia de la medicina habían gastado tanto tiempo y energía en el descubrimiento y tratamiento de enfermedades individuales y le habían dado tan poca atención al síndrome de sólo estar enfermo. Aunque la idea le llamó la atención, siendo un joven inexperto y trabajando bajo los lineamientos y demandas de la escuela de medicina, Selye no tenia el tiempo, la energía, ni la experiencia para dedicarse a ello, sin embargo, menciono brevemente la idea a su asesor, que de inmediato se rió ante la ingenuidad del joven, y asi la idea quedó latente durante una buena parte de la siguiente década.
Con el conocimiento del Síndrome de Adaptación General y del sistema hipotálamo-pituitaria-adrenal, descubierto por Selye, fue posible describir el papel del stress en nuestras vidas, lo cual es precisamente lo que Selye y una multitud de investigadores habían estado haciendo durante la ultima centuria. Selye publicó 33 libros, más de un mil seiscientos artículos científicos casi todos ellos sobre el tema del stress. Entre sus muchos textos científicos existen tambien manuales populares para educar acerca del stress. El más popular fue el Stress de la Vida, una explicación profunda del stress y del síndrome.
Selye trabajo como fundador y director en el instituto de medicina experimental y cirugía de la Universidad de Montreal, desde 1945 hasta su retiro en 1970. También se convirtió en un lider filosófico, cuyos puntos de vista ayudaron a cambiar las ideas sobre la salud y la mente.
En las décadas posteriores a la segunda guerra mundial cambiaron la manera de ver el cuerpo y la mente, adoptó rápidamente el papel de representante del bienestar y se le pedia que hablara lo mismo a un grupo de religiosos o de médicos. Habló frecuentemente del valor del amor y de la importancia esencial de ayudar a otros para nuestro bienestar. El no fue en ninguna época de su carrera un científico normal, fue un innovador y su influencia se extiende hasta nuestros dias
En las décadas posteriores a la segunda guerra mundial cambiaron la manera de ver el cuerpo y la mente, adoptó rápidamente el papel de representante del bienestar y se le pedia que hablara lo mismo a un grupo de religiosos o de médicos. Habló frecuentemente del valor del amor y de la importancia esencial de ayudar a otros para nuestro bienestar. El no fue en ninguna época de su carrera un científico normal, fue un innovador y su influencia se extiende hasta nuestros dias
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